¿CÓMO PODEMOS SABER que nuestro familiar o ser querido necesita ayuda?

Desde EDADES Alcobendas queremos trasladarte lo siguiente:
Si en tu entorno cercano tienes a personas mayores, como por ejemplo tus abuelos, padres o tíos, debes valorar su situación para saber si necesitan tu ayuda.

Llega un momento en que las personas mayores necesitan ayuda, pero no la piden para no sentirse como una molestia y una carga. Tu papel es detectar cuando necesitan tu ayuda o la de otro familiar, para garantizar la atención y los cuidados básicos, sin que pierdan calidad de vida. Adoptar una actitud preventiva te ayudará en esta tarea.


Los familiares deben hablar con la persona mayor sobre su situación y tomar la decisión más adecuada para su bienestar. Debes escuchar a la persona, valorar cuáles son sus deseos, su opinión y su planteamiento, ya que es la primera voz a la que hay que escuchar.

Al fin y al cabo, lo importante es dialogar, analizar conjuntamente la situación y tomar la mejor decisión entre todos, siempre teniendo en cuenta el punto de vista de la persona dependiente. Tal vez en un primer momento rechace la ayuda que le ofreces pero una vez detecte tu voluntad y ganas de ayudarle, te estará muy agradecido.

Es difícil saber con exactitud el momento a partir del cual esa persona necesita nuestra ayuda, sin embargo sí que existen algunas claves que te pueden ayudar a tomar la decisión:

  1. Falta de atención: Llega un momento en que la atención que recibe es insuficiente. Este paso puede venir dado por un aumento de sus necesidades o bien la disminución de su autocuidado. En ambos casos, requiere una mayor atención que la propia persona no se puede proporcionar.
  2. Enfermedades o situaciones que requieren un cuidado específico: Un cuidado que la propia persona no puede hacer o que tiene dificultades para realizarlo y cuando existe un riesgo de empeorar su calidad de vida o sufrir recaídas. Como por ejemplo movilidad reducida o incontinencia urinaria y/o fecal.
  3. Existencia de riesgos y problemas sobreañadidos: Como por ejemplo una persona con dificultad de movilidad, que es más propensa a sufrir caídas, o bien con deterioros cognitivos leves, que comienzan a tener olvidos o cometer errores en la toma de su medicación. Estos riesgos pueden dar lugar a nuevos problemas que supongan un empeoramiento acelerado de la situación.

Detectar estas señales te ayudarán a ponerte en alerta, valorar la situación y tomar aquellas decisiones más adecuadas.


Fuente: https://www.elrincondelcuidador.es/

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